Allá por 1968, un grupo de personas visionarias y rebeldes se atrevió a pensar de un modo distinto al habitual en las bodegas de vino en aquella época y teniendo como prioridad la recuperación de las variedades de uva históricas de Galicia: Loureira, Godello, Albariño o Treixadura, entre otras.
Así nacía Viña Costeira, actualmente referencia como bodega de vino en el panorama gallego, con un crecimiento continuo que la ha convertido en una sólida marca asentada en su tradición e innovación.